Una dieta sana y equilibrada es aquella que
permite que nuestro organismo funcione de manera óptima. Para ello, es
fundamental que se base en alimentos que potencien el buen funcionamiento de nuestro
organismo y eviten que aparezcan enfermedades relacionadas con la alimentación,
como la obesidad o los problemas cardiovasculares. Por esta razón, los expertos
recomiendan que nuestra dieta forme parte de un estilo de vida saludable, que
sea rica en alimentos de origen vegetal y fibra, y sea baja en grasa de origen
animal, en dulces y productos excesivamente calóricos.
Para que nuestra dieta
sea equilibrada debe contener al menos dos raciones de verdura diaria,
una en la comida y otra en la cena; de 2 a 3 piezas o raciones
de fruta al día; de 2 a 3 raciones de alimentos proteicos al
día (carne, pescado y huevos, de preferencia poco grasos), cereales o
féculas ricos en fibra,
tales como la pasta, el arroz o el pan integral o las legumbres; y evitar
alimentos como el azúcar,
dulces como mermeladas ricas en azúcar, bebidas
azucaradas, bollería y pastelería industrial y alimentos
precocinados.
Otro de los aspectos que
recomiendan los expertos es repartir la ingesta alimentaria a lo largo del día,
y hacer por lo tanto 5-6 comidas diarias: desayuno, media
mañana, comida, merienda, cena y colación después de la cena. Ello favorece el
autocontrol de la ingesta y la ansiedad y también reparte el
consumo de calorías a lo largo del día.